martes, 3 de noviembre de 2020

"La noche de los maniquíes" - Stephen Graham Jones - Capítulo 6

 




6

 

 

 

Lo que hice como preparación para lo que debía llevar a cabo fue descargar no la película a la que llevamos a Manny (esa conexión lo alertaría, y vendría a asesinar a mi familia) sino una de las anteriores de la saga. Incluso la renté legalmente el día anterior y la dejé reproduciéndose las tres horas que duraba en mi laptop, de manera que terminaría justo antes de que expirase el periodo de pago, siempre y cuando el router no se resetease. Traducción: estuve en casa todo el tiempo, intentando transmitir la película en mis cuencas oculares antes de que desapareciese. Tendría que estar loco para rentar una película y no verla, ¿cierto? Especialmente con el plazo de cancelación a solo tres horas, y recibiendo constantemente avisos de que estaba gastando mi tarjeta.

Mi papá me hubiese dado la razón, llegado el caso. Es importante reforzar el comportamiento responsable. No importa que tuviésemos la misma película en DVD, la cual él había comprado para ver directamente las escenas de acción, o aprender de sus profundos valores, o fingir que no mirábamos esos ajustados trajes. Lo que importaba era el “comportamiento responsable” de todo el asunto, siendo esta la “primera vez en la historia registrada” (mi frase, que él robó y ha estado usando en mi contra) que yo mostraba una actitud tan poco adolescente.

Entonces, mi coartada estaba lista. Se estaba reproduciendo en mi habitación, donde yo no estaba.

Lo siguiente duele, duele como no se lo imaginan. Estoy seguro de que me arrancó un trozo del alma y me lo hizo tragar; pero fue para mejor.

La cuestión era que Tim, además de la hermana que acababa de irse a la universidad, tenía dos hermanos menores. Sin mencionar a la mamá y el papá, que no eran tan malos e hicieron lo correcto en castigarlo por haberles hecho ir a buscarlo al cine justo en su noche libre. Como todas nuestras familias, eran daños colaterales en potencia. Actores inocentes que Manny aplastaría cuando atravesase el techo en busca del chico con el que sabía jugar, el chico que antes lo había amado.

Y por supuesto que todos alzamos a los hermanitos de Tim cuando eran bebés mellizos, los cuidamos, y su mamá nos había acompañado en las fiestas de los bolos y las visitas al museo, grababa nuestras actuaciones; y su papá… Bueno, nunca había hecho nada realmente grandioso, pero tenía un viejo auto en el garaje y siempre decía que un fin de semana él y Tim lo arreglarían. Les llevaría más de un fin de semana; mejor sería que con siguiese otro coche, pero con los papás a veces lo que cuenta son las intenciones. Y su papá estaba lleno de intenciones. La hermana mayor podría sobrevivir cuando llegase Manny, pero solo porque estaba viviendo en un dormitorio de Denton. Mas quién sabe, tal vez Manny se le aparezca cuando esté haciendo la colada, ¿cierto?

Entonces, como ya mencioné, no soy un mago de las matemáticas pero incluso yo me doy cuenta de que un estudiante muerto es mucho mejor que toda una familia. Incluso, capaz que logra que el resto se una más, se cuiden más atentamente, viajen más a menudo. El papá de Tim, ex papá, antiguo papá, papá en duelo, lo que fuere, quizás llevara a los mellizos al garaje para trabajar en ese auto desahuciado.

Por lo tanto, dado que yo era el único que había descubierto las intenciones de Manny con lo que había sido nuestro grupo de bromistas, recaía sobre mí la responsabilidad de hacer algo al respecto. Advertirle a Tim no serviría. Podría buscarlo, averiguar qué juego estaba jugando y chatear con él, ¿pero qué le diría? “Eh, Tim, Manny ha estado comiendo el fertilizante de mi mamá, amigo; y si quieres salvar a tu familia será mejor que te cuelgues en ropero, o algo así, ¿bien? ¿Cuento contigo?”

Su primera respuesta probablemente sería la pregunta “¿por qué yo?”, como diciendo Por qué solamente él, o sea: ¿Por qué no tú también, Sawyer?

Y tendría razón. La gente a la que se le solicita amablemente que se maten, tiene muchos argumentos valederos. Yo debería explicarle que también lo haría, debería hacerlo, iba a hacerlo… Pero por el momento yo era el que debía salvar a los demás. Sin embargo, mi  hora también se acercaba. Si quería que mi familia sobreviviese a todo esto, entonces no podía ser solo una víctima casual. Pero antes debía apurarme, hacer las cosas, salvar a las familias de todos hasta que Manny no tuviese nadie más a quien matar, y debiera replegarse.

Y, de todas maneras, quiero decir: ¿la mamá de Tim encontrándolo colgado en su ropero? ¿En serio? Eso le rompería el corazón, seguramente igual destruiría a la familia, solo que más lentamente. Huir tampoco era una opción. Desde la altura de Manny podría vernos cruzando las fronteras del estado y comenzar a perseguirnos, pisando a cualquiera; eso no le importaba. Entonces no solo serían nuestras familias las que muriesen, sino también personas totalmente ajenas al tema, multiplicado por diez, por veinte. Y luego se involucraría la Fuerza Aérea, y Rockwall, Texas, se convertiría en un incidente nacional explotando en las noticias.

No, debía ser yo. Tenía que hacerme cargo, como mi papá siempre me decía.

Tenías razón, papá.

Gracias por el consejo, amigo.


 

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